domingo, 17 de noviembre de 2013

Confesión

Quizás se muestren escépticos ante la historia que van a leer,seguramente no crean mis palabras,pensarán que soy un demente más,que intenta justificar su locura con historias rocambolescas,pero espero que esta confesión caiga en manos apropiadas, las cuales sepan ver que no es una justificación postmortem sino la llamada desesperada de un alma atormentada por el destino.


He pasado cinco largos años en esta lúgubre habitación psiquiátrica,intentando explicar a cada uno de mis examinadores los sucesos acontecidos aquella noche que provocaron la desaparición y muerte de mi amada,intentando demostrar mi inocencia y mis esfuerzos por ayudarla en sus últimos suspiros de vida.Ellos únicamente se limitaban a apuntar en sus amarillentas libretas datos y datos vacíos,no era más que una rata de laboratorio para ellos,un maldito psicópata o cualquiera de esas mentes desequilibradas.
Ahora sólo espero que tú,desconocido lector seas condescendiente conmigo,entiendas mi historia y te apiades de mi martirizada alma,ya que yo no la maté,fue aquella blanquecina y agrietada masa que gobierna la noche,sí,ella,la Luna ¡La luna! ella se abalanzó sobre mi amada aquella fatídica noche.


Todo transcurrió la noche del 23 de junio de 1975,atravesábamos el parque en busca de un lugar donde disfrutar de aquella maravillosa noche y dar rienda suelta a nuestro jovial amor.Al fin divisamos una pequeña colina flanqueada por dos grandes e íntimos arbustos,decididos nos dirigimos hacia ella y una vez allí decidimos recostarnos sobre su verde alfombra,recuerdo cómo el rocío de las finas hierbas mojaba mi espalda,al igual que recuerdo el rostro angelical de mi dulce amante,sus vivaces y verdosos ojos clavándose en mí y sus carnosos y rosáceos labios acariciando suavemente los míos,verdaderamente estaba en el paraíso.Pero de pronto,notamos que no estábamos solos allí,que había alguien más junto a nosotros,vigilándonos,miramos a nuestro alrededor y no encontramos a nadie,pero la sensación persistía y se hacía cada vez más presente,era una sensación imperceptible a nuestros ojos pero visible a nuestros sentidos,¿qué había allí? Pronto nos percatamos de que aquella no era una veraniega noche más,el cielo estaba despejado pero carecía de estrellas, había cobrado un tono marino, parecía el espejo de un abismo colgante,daba vértigo su simple visión y,junto a aquel vertiginoso y profundo cielo se situaba un enorme faro blanco,más grande de lo normal,que produjo en mi bella acompañante un respingo de asombro.


Y allí estaba,resplandecía en lo alto de aquel marino cielo,majestuosa,de proporciones desorbitadas,como si nos quisiera cubrir con su pálido manto. No sé muy bien cómo lo hizo,pero tras un rato observando asombrados sus ciclópeas dimensiones,aquel inerte satélite cobró vida y ejerció una fuerza muda sobre mi amada,la atrapó con un invisible sedal y fue elevándola lenta pero poderosamente hacia el cielo,traté de retenerla agarrando con fuerza sus brazos,tiré lo más que pude pero el esfuerzo fue inútil,mis manos acabaron resbalando de su suave y cálida piel y caí desplomado sobre el suelo,salté para intentar agarrarla y parar su ascenso,pero me fue imposible,me resigné a observar cómo poco a poco,mi joven y bella compañera fue acercándose a la pálida secuestradora del cielo,su rostro era el fiel reflejo del miedo,sus desesperados ojos clamaban por escapar de aquel fatídico rapto,podía escuchar su desgarradora voz pidiendo mi auxilio,un rescate imposible,aún puedo escuchar su aterciopelada voz desgarrada por aquel suceso en cada una de mis noches.
A lo lejos pude ver como aquel homicida astro la absorbió,produciéndose la transformación rojiza de aquella masa blancuzca,un rojo intenso como la sangre,que produjo una estela sanguinolenta sobre todo lo que me rodeaba.
Mi cuerpo impactado ante aquel suceso,cayó desplomado y atónito ante aquel acto,proferí el grito mas gutural y angustiado de cuántos haya escuchado la humanidad,golpeé la hierba con fuerza intentando deshacer aquella tragedia,pero mi pesadilla no había hecho más que empezar.
No he dejado de pensar cada noche en aquel día.¿Por qué la luna se lleva a los jóvenes amantes?¿quizás sea ese su secreto para mantenerse joven? ¿ o quizás sea fruto de la envidia al ver que mientras ella gobierna sola la noche las personas dan rienda suelta a su amor?.
Ya conoces mi historia,ahora es hora de que juzgues tú mismo la validez de mis palabras,he confesado todo lo ocurrido aquella noche del 23 de junio de 1975,ahora es momento de acabar con mi sufrimiento y darle descanso a mi abotargado cuerpo,probablemente el suicidio sea una opción cobarde,pero es la única forma de acabar con mi tormento. Adiós,estimado lector.



No hay comentarios:

Publicar un comentario