Hoja
sin Fecha
Observaba
en el rostro de aquellas personas la atracción que les provocaba su
dulce voz,estaban hipnotizados con cada nota que salía de su
garganta,se convirtieron en mariposas volando libres por cada rincón
del pub,en ese instante sus mentes desconectaron de las cosas
mundanas de la vida y se dedicaron a conectar sensorialmente con la
música. Lastima que yo me hallará allí,insensible hacia aquel
sonido que cierto tiempo atrás hacia volar mi imaginación. Estaba
aquí sentado,abstrayendome de este sonido celestial,observando como
su efecto transforma mi alrededor,en mi sólo queda esta fría copa
de vodka que se va ahogando a medida que el hielo se deshace,hasta
ella puede sentirse modificada esta fría noche. Decido dar un último
trago antes de marcharme,acto seguido recojo mi abrigo y me marcho de
aquel lugar.
Me
encuentro ahora en la calle,me pareció mas fría que de
costumbre,mas angosta y mas desierta de vida. Guio mis pasos hasta mi
apartamento,sólo debo cruzar la avenida Watson y ya me encontrare
con la pálida fachada de mi apartamento.Quizás allí me sienta
vivo.
Atravesando
la avenida Watson comenzó a llover. Note cada gota resbalando sobre
mi cuerpo,al menos su humedad me hizo ver que aun puedo sentir algo.
Al
fin llegué a mi apartamento,allí estaba frente a mí la pálida
fachada. Mi bloque era un andrajoso edificio de cuatro plantas,cuyo
exterior se conservaba en condiciones deplorables,vivo reflejo de las
personas q habitábamos el interior. Una vez en casa,me sentí
seguro,podía esconder mi vacío,desaparecer de la vida pública,no
ser escrutado por la gente.
Decidí
acostarme. Entre en mi oscura habitación,me tumbe en mi gran y
deshecha cama,cerré los ojos con el afán de soñar aquello que
falta en mi vida,escuché entonces las gotas de lluvia chocando
suavemente contra mi ventana,puse mi atención en aquel sonido y vino
entonces Morfeo a visitarme llevándome a su palacio del letargo.
Los
rayos de luz entran por un hilito de mi persiana incidiendo en mis
cerrados parpados,abro los ojos ante ese fogonazo y tanteo con la
mano la mesilla,palpo el despertador,lo agarro con fuerza y miro la
hora. Las 12:00,es tarde pienso,pero, ¿Acaso tengo algo q hacer?,mi
vida no es mas que las manijas del reloj avanzando hasta acabar el
día,podría dormirme para siempre y nadie echaría de menos mi
existencia. Comoo diría Antoine Roquentin: - Sé que existo,pero es
lo único que tengo,no tengo historias que contar,me limito a
existir-.Pobre Roquentin que vida mas cruel trazo el maquiavelico
Sartre.
Sí
fuera católico creería que esta angustia ha sido infligida por
Dios,cosa que mi razón rechaza con violencia,pero me temo que nadie
mas que yo es culpable de esto,yo soy libre de elegir lo que soy y lo
que hago,lastima que haya desperdiciado mi vida todos estos años y
ahora me sea imposible remendarla. Vuelvo a cerrar mis ojos,quiero
desaparecer.
Despierto
de nuevo,observo mi alrededor intentando dilucidar en que hora me
encuentro,hallo a mi alrededor una luz grisácea y lúgubre,supongo
que será por la tarde,confirmo mis sospechas al mirar el
despertador,las 18:00,¡Vaya!, mi cuerpo aunque joven, cae derrumbado
ante la pesambre de mi mente,el poder de mi mente me sorprende y a su
vez me entristece. Marchito mi cuerpo joven durmiendo,debería
ejercitarlo;moverlo;ponerlo a prueba;hacerlo sentir útil;que
disfrute de su vigor antes de que caiga en decadencia tras los años.
Pero,
por desgracia mi mente ejerce una férrea dictadura sobre mi cuerpo.
Pobre Platón,vería en mi ser,que erraba en su antropología,no es
el alma la que esta encerrada en mi cuerpo,sino al revés,es mi alma,
la que encierra mi cuerpo,la priva de sus quehaceres diarios. Intento
evadirme de mis angustias y para ello recurro a recordar sí he
logrado soñar y sí ha sido así,intento recordar lo soñado. Mi
cerebro busca en su memoria como un becario de oficina y...¡Eureka!
Consigo reconstruir mi sueño,ello me produce una fugaz alegría,veo
que algo dentro de mi lucha por ser feliz,no se ha rendido ante la
adversidad,recuerdo mi sueño.
Me
encontraba en un extenso prado verde rebosante de vida,repleto de
majestuosos árboles de anaranjadas hojas y una suave brisa
primaveral acariciaba mi piel. Andaba despreocupado por aquel
paisaje,cuando de pronto aparecía ante mi una joven muchacha de
etéreos rasgos,no recuerdo con exactitud su rostro,sólo logro
acordarme de su cabello rojizo,ardiendo y ondeándose al viento como
el plumaje de un fénix,también recuerdo su tez pálida y su largo
vestido blanco con infinidad de jirones,era la viva imagen de una
Nereida. Se acercaba con suma alegría y al estar frente a mi
acariciaba mi rostro. Su dulce tacto erizaba mi vello y me sumergía
en el mas intenso placer conocido,pero,aún mas dulce era su voz,Pues
al abrir su boca sonaba una voz celestial dijo: - Roberto,ven
conmigo,olvidalo todo-.En ese sólo instante mi sueño me hizo
feliz,me sentí vivo,realizado. Ojalá mi vida fuese un
sueño,desearía abrir mi puerta y encontrar tras ella la joven dama
rojiza,oír nuevamente su voz y caminar a su lado hacia rumbo
desconocido,lastima que me encuentro despierto observando la
pesadilla de mi realidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario